Este blog contiene narraciones con escenas de sexo explícito y violencia no basadas en hechos reales.
Si crees que pueden herir tu sensibilidad, por favor no continúes leyendo.
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miércoles, 14 de septiembre de 2011

CAPÍTULO 29: ENCONTRAR UNA RUTA DE VIAJE

Fargant cerró la puerta del dormitorio. Daleelah se había resistido a abandonar el burdel, pero era a todas luces comprensible que se comportase de aquél modo. Por ello, el joven no la golpeó ni la amenazó tan siquiera. Se limitó a cogerla en brazos y sacarla del edificio, y caminó con ella sobre el hombro como si fuese un fardo de alubias hasta alcanzar la posada más cercana. La gente por la calle los miraban.
Primero, porque Fargant resultaba llamativo, tan alto y encapuchado. Segundo, porque la mujer llevaba un camisón fino teñido de sangre, el rostro lleno de heridas y pataleaba, blasfemando contra su captor cuanto le era posible. Nadie intentó detenerlo, no obstante. Todos en el pueblo sabían que Daleelah era una puta. Y las putas, no eran personas. Eran eso; putas.
Cuando la dejó en el suelo, ella aunó todas las fuerzas que no le quedaban para lanzarle un puñetazo. Fargant le detuvo el puño y le retorció el brazo hasta hacer que se diera la vuelta. La mujer gritó.
-¿Dejaste que aquél tipo te diese una paliza de muerte sin resistirte pero te niegas a escucharme hablar?- dijo el muchacho, con voz paciente. La condujo a la cama y la obligó a sentarse.
-Él había pagado... -se excusó la mujer, haciendo acopio de algo de dignidad. El mercenario la soltó, y ella se frotó la muñeca dolorida.
-No voy a ponerte la mano encima, si no me obligas. Sólo he venido a hablar.
-Alguien que viene a hablar no esconde su cara- masculló la ramera. Se puso en pie y cruzó la sala hasta el espejo más cercano. Se horrorizó al contemplar su imagen en el reflejo, con la cara destrozada, pero aguantó las ganas de llorar. Fargant se acercó despacio desde atrás y se deshizo de la capucha. Los ojos de la furcia pasaron sistemáticamente de sus heridas en el espejo a las del joven: el corte que sesgaba su ojo derecho, desde la frente hasta el mentón, y la segunda cicatriz que le cruzaba la boca, al otro lado.
-Somos más parecidos de lo que crees -dijo sin más. Aunque le sacara más de veinte años, Daleelah se sentía pequeña e indefensa al lado de aquél hombre. Se giró despacio, habiéndose calmado visiblemente, y asintió.
-Gracias por sacarme de allí. Es un jodido infierno. Pero del infierno no se puede escapar.
-Todos tenemos algún infierno que nos confina. -Fargant volvió a la cama, y se sentó. Apoyó los codos sobre las rodillas y la miró largamente.-Algún infierno que llevamos dentro.
Ella estrechó ligeramente la mirada, y sintió una punzada de dolor. Se encaminó a la mecedora de madera y se acomodó cerca del joven, mirándolo a los ojos. Negros, como el color del cabello que le crecía de punta y la pequeña trenza bajo su oreja izquierda. Las facciones finas y alargadas, a la vez que regias, la mandíbula angulada. Si trataba de imaginar que no tenía aquellas horribles -verdaderamente horribles- cicatrices, le resultaba un chico muy guapo. Qué coño, aun con las heridas lo seguía siendo.
-¿En qué puedo ayudarte...? -preguntó la mujer, ya completamente serena. Había recobrado la entereza habitual en ella, más propia de una dama que de una fulana de barrio.
-Estoy buscando a un hombre. Me consta que es cliente tuyo- dijo, acostumbrado a las frases escuetas.
-Si es un hombre de verdad, será fácil de encontrar. Por mi cama no suelen pasar hombres, sino malas bestias- comentó, con un deje de despecho. Fargant ignoró el sarcasmo.
-Alto, moreno, robusto. Suele vestir de negro y portar un arco encima -comenzó a explicarle.
-Medio Kandalla coincidiría con esa descripción, chico.
-Lo más importante. Tiene un tatuaje en la espalda, un tatuaje grande.
-¿Qué clase de...?
-Una cruz con dos alas negras -interrumpió la pregunta que sabía que formularía la mujer. Daleelah sintió un pequeño vuelco en el pecho. Automáticamente su recuerdo voló hacia el último encuentro con su ángel. Qué desgraciado, cómo la había tratado, después de lo servicial que había sido siempre con él. ¿Estaba metido en problemas? Qué más le daba, seguramente se lo merecía. -¿Cuánto hace que no viene por aquí?- inquirió entonces el Mester, sabiendo que ella ya lo había reconocido. La fulana trató de hacer memoria, cerrando los ojos por un momento.
-Como un mes -resolvió.
-¿Estás segura...? -lo miró a los ojos, casi ofendida.
-Por supuesto que no. Mi vida no gira en torno a ese cretino maleducado.
-¿Recuerdas la ropa que llevaba...? -Fargant se puso en pie y se acercó a la ventanilla. Desde allí tan sólo se veía un pueblo pequeño, y aburrido, sin demasiado que hacer.
-De negro, como dijiste.
-Las prendas, ¿viste si eran de abrigo o ligeras...?
-Uhm, ahora que lo dices... -lo pensó por un segundo.- Llevaba un tabardo largo y pesado. Me preguntaba cómo demonios no se moría de calor.
Fargant asintió, se daba por satisfecho.
-Supongo que no te habló...
-Pues sí que lo hizo, pero creo que lo detestaba menos antes de que abriera la boca.
-¿Dijo de dónde venía o donde pensaba ir...?
-No. Lo más interesante que salió por su boca fue "chúpamela" y "ponte a cuatro patas" -chistó ella, desganada.
El mercenario repasó mentalmente la información, luego volvió a ponerse la capucha. Se dio la vuelta y salió del dormitorio, sin siquiera cerrar la puerta, y dejó a Daleelah sola, sumida en un mar de tristes pensamientos.

Desplegó el mapa en la mesa de la cantina. Mientras todos comían o charlaban alegremente, Fargant trabajaba. No le agradaban los ruídos del ambiente, pero tampoco lo distraían. Era diligente, aplicado y certero. Sabía cuándo, cómo y por qué hacer cada cosa que hacía. Calculó mentalmente, echando mano de la información que le había proporcionado Daleelah. La mujer dijo que el Synister se había marchado poco más o menos hacía un mes. Añadió un par de días de margen al tiempo y buscó Janeen Ville en el mapa. Un mes, un mes. Si hacía un mes que Allain se había ido, trazando una circunferencia que abarcase todas las direcciones posibles desde Janeen Ville, en el medio de trasporte más rápido -suponiendo que hubiera decidido ir a caballo, cosa que no era costumbre en su viejo amigo Elric- en un mes de viaje sin descanso habría recorrido...
Dibujó la línea que marcaba un círculo bastante amplio cercando Janeen Ville. Aquella era la distancia máxima posible a la que podía encontrarse su objetivo, y siendo realistas, el círculo resultaba bastante más estrecho. Dibujó un aro más pequeño, en el cual las probabilidades de encontrarlo se incrementaban notoriamente. Ahora tan sólo quedaba elegir una dirección por la que empezar a buscar.
Allain nunca decía adónde iba, porque por lo general ni siquiera él mismo lo sabía.
Cuando pasó por el burdel, el Synister llevaba el tabardo oscuro porque venía de las tierras frías. La zona de clima más bajo dentro del círculo abarcaba Kauhjuùn y parte de la estepa de Min. Descartó aquellas dos áeras, y si su amigo había llegado desde el oeste, se reducían ampliamente las posibilidades. Había tenido noticias de revuelos en Burg, en Silverfind... marcó con el carboncillo la ruta imaginaria y se sonrió a sí mismo.
Podía perseguir a una presa durante semanas antes de localizarla, pero al final, lo hacía.
Nadie se le escapaba nunca, por mucho que fuese el mismísimo Synister Owl en persona.


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By Rouge Rogue

6 comentarios:

  1. Asi que eran viejos amigos... igual era ironico?XD
    Nana

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  2. Siempre encuentro un hueco para dejarme caer por aquí ^^

    PD. Al final no estoy echando piques contigo, no tengo tu voluntad... u.u

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  3. Ya encontrarás algun momento de inspiracion ^^

    Nana, hacia mucho que no te veia por aqui. Bienvenida XD

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  4. los leo todos -_- aunque no comento en todos tontaco, pero no dejo de leer

    nana

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  5. Muchas gracias, por leer y porlo de tontaco XD

    Por cierto no te he pillado online para darte las felicidades personalmente. ¿Cuántos cumples? ¿Dieciocho? XD

    Muchisimas felicidades, guapa, que estás preciosa cuantos más años pasan *3*
    Eres una mamá modelo, jejeje.

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  6. ajajaja waaaa me has emocionado y todo *_* y cumplo 24¬¬ pero bien me siento comos i cumpliera 100 XDDDD, normal que no me pillaras utlimamente not engo tiempo ni pa mirarme en el espejo

    Nana

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