Este blog contiene narraciones con escenas de sexo explícito y violencia no basadas en hechos reales.
Si crees que pueden herir tu sensibilidad, por favor no continúes leyendo.
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domingo, 21 de agosto de 2011

CAPÍTULO 11: RECOMPENSA

-Espero que haya merecido la pena...-
Valiant examinó sus heridas en el espejo. No eran graves, ni profundas. Pero las marcas de las uñas de los Kollar le habían alcanzado el cuello y la cara por igual. Cuanto menos, escocían.
No obstante, si algo le preocupaba en aquellos momentos era el estado de Yara. No dejaba de refunfuñar desde que dejaran el valle. Había usado todo su elenco de insultos y palabrotas, había despotricado contra los Kollar, contra Allain y contra los Kollar otra vez. Nadie le había dicho nada mientras pateaba con furia la cabeza del que había sido en vida, el líder de la aldea. Luego había cogido la medalla y se había echado a andar por sí misma.
Yara nunca dejaba que nadie la ayudase; nunca daba las gracias y nunca pedía perdón.
Era una persona tan jodidamente estúpida a veces.
Aun así, era su amiga; algo más que una amiga se atrevería a decir, aunque ella siempre lo hubiera tratado como un crío. Y ahora estaba de nuevo en la bañera, frotándose con furia la piel como si con eso pudiera borrar la suciedad de sus recuerdos.
-Voy a sacarle a la vieja el triple de lo acordado por esto. No, ¡el cuádruple! -la oía mascullar. Valiant suspiró. Cualquier mujer normal se habría encerrado en el cuarto a llorar. Yara era bastante peor; transformaría sus desdichas en odio, y lo escupiría sobre el mundo durante mucho, mucho tiempo.
-No hables así de tu abuela, Yara...
-¡Cállate! Esa señora no es nada para mí más que un saco de monedas...
-¿Estás segura de que quieres devolverle el medallón? Creo que por lógica, te correspondería a tí tenerlo...
-No, esto es suyo. Nunca me perteneció, y no quiero quedármelo ahora sólo porque su antiguo dueño haya... -Yara se calló. Apretó los labios un segundo y Valiant se imaginó que estaría acordándose de Kevin y echándole de menos.
Podía haber sido una mejor hermana, pero no lo fué. Y ahora se odiaba por ello.
-Sea como sea... -musitó el joven. Apoyó la frente en el cristal de la ventana de la habitación. Desde allí se apreciaba la calle fría y oscura, y los pocos transeúntes que aún deambulaban sin rumbo.- Él siempre creyó que lo merecías. Kevin se habría sentido orgulloso de que tú lo tuvieras.-
La joven se puso en pie y salió al fin de la bañera. Se cubrió con una toalla y sin siquiera secarse salió al encuentro del ratero.
-Olvídate de eso ahora, anda. Toma, coge esto y ve a pagarle al caraculo que venía con nosotros -le tendió la bolsa de dinero que había sobre la mesita de noche, sin apartar la vista de él.
-¿Qué pasa...? ¿Tú no vas a bajar?
-No, no quiero volver a verlo. Que se largue; nosotros iremos a cobrar la recompensa sólos.-
Valiant cogió el saquito y le sostuvo la mirada a la chica algunos segundos; luego asintió. No necesitaba preguntar nada porque sabía cómo funcionaba la mente de Yara. No pedir ayuda, no dar las gracias y no decir perdón.
Allain le había dado una bofetada sorda al orgullo de la joven al demostrarle que era más una carga para el trabajo que una ayuda. Que las cosas habrían salido mejor si hubiese ido él solo. Yara odiaba equivocarse.

Synister.
Era un azote en la noche; algo extraño y oscuro, como de otra luna y otro sol.
Algunos decían que Synister era imbatible, que sus habilidades lo hacían invencible en el combate. Otros atribuían su destreza y habilidad al poder oculto de su espada. Las habladurías se habían vuelto eso; sólo habladurías, y ahora Synister no era un sólo hombre. Debía de haber al menos cincuenta, porque a Valiant no le cuadraban ni las descripciones, ni los testimonios. ¿Un general despechado que había perdido su ejército y buscaba venganza contra su rey? ¿El avatar de un poderoso hechicero que trataba de dominar las calles con su magia oscura? Incluso había oído decir que no pertenecía al mundo de los vivos; el talento del que hacía gala lo había elevado al status de inmortal, y se le habían atribuido poderes como el de tener alas oscuras.
Allí estaban; las alas negras.
Como siempre, todo era un bulo.
El hombre más temido por la gente de a pie no era sino un buen espadachín con la mirada vacía y triste. Valiant dejó en la mesa el vaso de whyski después de darle un sorbo, y rebuscó dentro de su chaqueta. Sacó la bolsa con el oro y se la tendió a Allain.
-Aquí no está todo el dinero que me falta -dijo él, nada más cogerla.
-No, no debe haberlo. Yara no tiene tanto dinero encima.-
Elric dejó caer el saquito a peso muerto sobre la madera de la mesa, con gesto de tedio.
-La advertí de que si me complicaba el trabajo, le subiría el precio.
-Lo sé, lo sé. Pero sencillamente, no tiene más dinero. No te puede pagar.-Valiant parecía cansado. Como si deseara terminar con aquél asunto para irse a dormir a la cama, así que Allain no dijo nada más. Se puso en pie y guardó la bolsa con el dinero. Luego cruzó la sala, y se dirigió escaleras arriba, en busca de la habitación de Yara.

La chica se miraba desnuda en el espejo.
¿De qué le servía toda aquella belleza, si no la podía aprovechar? Su vida era una mierda, y siempre lo sería. Debería haber seguido a su hermano... Pero qué orgullosa era. Siempre la perdía el amor propio. La puerta se abrió de par en par, y a Yara casi se le salió el corazón del pecho. Cuando se giró sobre sí misma descubrió la figura oscura de Allain escrutándola en silencio. Cerró de un portazo y luego alzó el rostro, con las manos en los bolsillos.
-¿Qué demonios haces tú aquí? ¡Fuera de mi habitación! -se esforzó por cubrir sus senos desnudos, pero el mercenario no se movió ni un poco del sitio.
-He venido a cobrar lo que me falta, pezoncitos rosas.-
Yara encendió el gesto, con visible mal humor.
-Valiant ha bajado a darte lo que te corresponde.
-No. Valiant me ha dado una cantidad incorrecta. Acordamos que subiría el precio a trescientas monedas si se me complicaba el trabajo. -Él se acercó a ella sacando la bolsa de oro de su chaqueta y mostrándosela. -¿Y sabes lo que yo considero complicar un trabajo? Por ejemplo, tener que perder el tiempo en salvar a cierta pelirroja de ser violada por una banda de gilipollas...- arrojó la bolsita sobre la cama, y se acercó tanto a ella que su rostro apenas distaba del de la mujer. No obstante, Yara no se retiró ni un milímetro.
-¿Por qué no te conformas con lo que te he dado y así no tenemos que soportarnos más? -giró el rostro y luego se echó a caminar hacia la cama con sutiles y sensuales movimientos. El cambio en su actitud era notorio, y su voz se adulzó enseguida.
-Incluso, podemos negociar algún otro tipo de pago...- Allain la observó en silencio mientras ella se sentaba en el colchón. Apoyó una de las manos con delicadeza para reclinarse hacia atrás. La otra aún seguía agarrando firmemente sus hermosos pechos de tacto aterciopelado mientras cruzaba las piernas con sensualidad. El hombre se relajó por momentos. Se acercó a ella también y se sentó a su lado.
-Otro tipo de pago... -paseó la vista por los hombros de Yara. Ella se mostró orgullosa, sabiéndose sumamente atractiva a los ojos de él. Alzó levemente el rostro, casi rozando sus labios con la mandíbula del mercenario. Yara tenía ese suave olor de las flores. Pero de las flores de verdad, y no de esas colonias baratas que usaban las putas en los suburbios para esconder el tufo a sudor y a vino. -Está bien...este es el trato... -la tomó con delicadeza por el rostro y acercó su boca a la de ella.- Iré con vosotros a cobrar la recompensa...-Hablaba bajito, pero con firmeza.- De lo contrario, me lo cobraré rompiendo uno a uno todos los huesos prescindibles de tu precioso cuerpo. Y te aseguro...que lo que te hicieron esos Kollar te va a parecer un paraíso en comparación. ¿Está....claro...?- Le lamió despacio la mejilla.
Yara oteó el infinito.
El infinito estaba en los ojos de Allain, y ella podía verlo en ese momento.
Luego el hombre se levantó de la cama y salió de la habitación con la misma entereza con que había entrado, cerrando tras de sí.

Yara aguantó un par de minutos, tal vez tres.
Luego se odió a sí misma, y rompió a llorar por todo.


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By Rouge Rogue

6 comentarios:

  1. Pobre.... me da pena.....

    Nana

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  2. Guapa! Mas que guapa! me alegra tenerte por mi blog ^^

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  3. Soy una "friki-userkisahj" que se le va a hacer xDDDDDDDD
    nana

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  4. Y yo que me alegro de ser explotado por gente maravillosa como tú. Sois vosotros los que me dais ganas de escribir ^^

    Gracias por leerme

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