Este blog contiene narraciones con escenas de sexo explícito y violencia no basadas en hechos reales.
Si crees que pueden herir tu sensibilidad, por favor no continúes leyendo.
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martes, 23 de agosto de 2011

CAPÍTULO 12: CIUDAD DE BRUJAS

Él rió.
Era una risa cantarina y alegre, la clase de risa de un niño despreocupado. La clase de risa que no debería conocer alguien que había llevado la vida de Valiant.
La prostituta le correspondió con una enorme sonrisa y una caricia dulce en el rostro; aquél chico era tan divertido. Se montó a horcajadas sobre él, desnuda, y se lo comió a besos. Su cara, sus labios, su cuello. Tan joven, tan apetitoso...Ojalá todos los clientes fueran así. Valiant la tomó por la cintura y de un ágil movimiento invirtió sus posiciones. Ahora él estaba encima; ahora él buscaba los labios de ella mientras hundía las caderas entre los muslos de la mujer. Las manos de la chica regaban de caricias su espalda bien formada, bajaban por los costados y se aferraban con fuerza a sus glúteos, tirando de él para acercarlo aún más.
-¿Siempre eres tan activo por las mañanas...?-bromeó la furcia, aunque encantada con el hacer de él.
-A todas horas... -le susurró en respuesta al oído. Luego volvió a reir, coreado por la mujer, y se besaron de nuevo.
La puerta de la habitación se abrió de par en par con un golpe y Valiant se irguió, sobresaltado. Al ver entrar a Yara echó mano de la sábana para cubrirse de cintura para abajo, aunque sin acabar de dar crédito al modo en que ella invadía su intimidad.
-...Así que creo que cuanto antes salgamos, mejor. Porque a fin de cuentas, antes llegaremos, y antes podré perderlo de vista. Ah, dios, ¡cómo le odio! -ella hablaba abstraída mientras paseaba por la habitación.
-Y...Yara. Estoy ocupado ahora...- la muchacha pelirroja echó un vistazo a su amigo. Ignoró a la joven que ocupaba la cama del ratero.
-¿Te lo puedes creer? ¿Quién se ha pensado que es? ¡A mi no me impresionan las habladurías! No es más que un vulgar matón, no debería tenerse tantos aires...
-¿De qué hablas? Oye, ¿podrías contarmelo después? Estoy con...
-No es momento de revolcones, Valiant.- Lo cortó ella, tajante.- Tenemos que irnos ya. Te espero abajo -se dirigió hacia la puerta, luego se volvió y alzó un dedo.- Y por barbazul el corsario que si tardas más de diez minutos me iré sin tí -dijo, y se marchó. Cerró de mal humor, y el chico podía oírla retahilar por todo el pasillo. ¿Qué mosca le habría picado? Se suponía que tendrían libre hasta media mañana...Miró con lástima a la ramera, que le sonrió afablemente.
Luego saltó de la cama y buscó sus ropas por el suelo.

-Espero que tuvieras un muy buen motivo para cortar mi polvo mañanero -rezongó Valiant. Yara estaba de brazos cruzados, con la espalda apoyada en la pared de la entrada a la posada. No se molestó en cambiar de posición; señaló con la cabeza al otro lado de la puerta, donde se encontraba Allain. -Ah... -Valiant ladeó los labios, comprendiendo. -¿Así que habéis llegado a algún tipo de acuerdo?-
La joven no dijo nada. Cogió su mochila del suelo y se echó a andar, encabezando al grupo. Estaba enormemente disgustada con la presencia de Allain. O Synister. O como narices quisiera que se llamase aquél imbécil en realidad; no le importaba. Él había elegido estar allí por las malas, y ella no le iba a facilitar ni un poco el viaje. Valiant miró a Elric.
La verdad era que a él le caía bien el hombre.
Quizás no era un derroche de algarabía pero se había formado en las calles. Y Valiant sabía muy bien lo que significaba eso.
-Así que tenemos que llegar a Silverfind Ville -dijo el mercenario.
-¿Te lo ha dicho Yara?
-No. Pero en la carta que me mostraste ponía el nombre del contratante. Rowena Eagleclaw. Los Eagleclaw estuvieron asentados por Silverfind y Tallonsweat. No creo que vayamos andando hasta Tallonsweat -miró de reojo a Valiant para corroborar que sus deducciones eran correctas.
-Tienes razón...pero además. Ya no quedan Eagleclaw en Tallonsweat. Todas las hijas de la familia perdieron el apellido al casarse.
-Pues, si no tomamos el desvío en barco, la ruta más corta hacia nuestro destino pasa por Astrean Burg. ¿Sabes lo que hay allí?
-Brujas -alegó rápidamente el muchacho. Allain se rió.
-¡No! Me refería a esas preciosas mujeres cuyos maridos están ahora en guerra a unas cuantas lemas de la frontera -Valiant lo pensó largamente y luego se echó a reír.
-Ya que he oído que te han jodido el polvo mañanero... ¿De verdad te crees lo que dicen sobre las brujas de Burg? -Allain se acomodó la mochila en el hombro, que se le comenzaba a escurrir. Valiant hizo un gesto azorado pero sin perder la sonrisa.
-Bueno, me gusta mantenerme al día de todo lo que pasa. Me dedico a contrastar información. Dicen que debido a la desprotección de la ciudad por falta de hombres, un aquellarre de brujas se ha infiltrado entre los ciudadanos -carraspeó-. Entre las ciudadanas, más bien, y las convencen para rendirse al culto del lado oscuro... -lo pensó un par de segundos y miró a Allain, interesado.
-¿Tú sabes algo de esto? -el mercenario se sonrió y le asintió con la cabeza.
-Sí. Según yo lo veo, las entidades religiosas que siempre se han visto subyugadas al poder militar que ha imperado en Burg se están desatando ahora. La manera más rápida de controlar al pueblo es hacerle creer que te necesita para algo.
-¿Insinúas que son bulos?
-Y que muchos se están lucrando de ellos.- Ladeó la cabeza, con los ojos fijos en el culo de Yara. Valiant siguió la mirada de Elric hasta acabar en el mismo lugar; aquellos pantalones verde oscuros tan ceñidos que no dejaban lugar a la imaginación.
-¿Qué le has hecho? Te odia bastante... más que al resto, quiero decir.
-¿Y qué más dará? Una mujer odia con facilidad por idioteces.-
Yara frunció el ceño, pero no dijo nada.
Los estaba escuchando.

El sol cruzó todo el cielo.
Cuando la bóveda se tiñó de rosado, al fin alcanzaron el camino principal hacia Astrean Burg. Un sendero de tierra largo, ancho, y custodiado por altos cipreses, pero poco frecuentado. Desde que se extendiera la creencia de que Burg estaba siendo invadida por brujas, el comercio y los transportes disminuyeron notoriamente. La gente prefería dar un largo rodeo para cruzar el condado y evitar la ciudad. Inluso Yara y Valiant habían tomado la vía en barco desde Silverfind en su viaje de ida. Pero tal era el enfado de la chica ahora, que estaba dispuesta a cruzar la villa a pie si eso le ahorraba tiempo de viaje junto a Elric.
Valiant lanzó un silbido por lo bajo.
A ambos lados del camino se habían dejado ver oscuras figuras que no tardaron en identificar como personas. Había toda una larga fila de cepos atornillados cerca del sendero. Algunos estaban ocupados, otros permanecían abiertos en espera de alojar algún cuerpo al que apresar. Al pasear los ojos por ellos, Yara se estremeció ligeramente.
Algunas de las personas aprisionadas por los tablones de madera estaban muertas, otras en proceso. Habían muerto de hambre, de sed. Tal vez por las inclemencias del tiempo, o tenían heridas que bien podían pertenecer a las alimañas del bosque. Sin embargo todas coincidían en una cosa: eran mujeres.
-Y aquí tienes a tus brujas -comentó Elric, pasando junto a Valiant y Yara, que se habían demorado observando los restos de sangre en una de las estructuras de madera. El siguiente cepo estaba ocupado por una mujer agonizante que hablaba consigo misma en voz baja. Atada por las manos y el cuello, apenas podía alzar la vista para mirarlos, pero aunque hubiese podido, no los habría visto. Le habían sacado los ojos.
-¿Qué demonios es todo esto...? -la pelirroja muchacha apretó el paso para acercarse a los jóvenes casi sin darse cuenta.
-Esto es una orden de lunáticos vendiendo la idea de que protege a su pueblo contra el mal, de este modo. -Resolvió el mercenario. En condiciones normales, ella no habría permitido que Elric le dirigiera la palabra, pero andaba demasiado atónita con el macabro espectáculo. -Ya sabes; caza a algunas señoras, acúsalas de brujería...y justificas que estás haciendo tu trabajo. Incluso habrá quien crea que si no fuera por tí esta ciudad estaría sumida en el caos.-
No mucho más adelante, apenas a unos metros de distancia, una chica más joven gimoteaba. Tenía el cabello rubio sucio y apelmazado, pegado en la cara por el sudor. Sus ropas estaban rasgadas; era visible que no llevaba allí tanto tiempo como las demás. Aun así, estaba bastante demacrada.
Detrás de ella había un hombre.
Un hombre sucio y mugroso que la estaba follando.
Yara lo miraba con los ojos abiertos de par en par, pero ni Valiant ni Allain dijeron nada. De hecho, no parecían sorprenderse demasiado. Aquellas mujeres no sólo estaban expuestas a una agonía larga y tortuosa, sino también a los asaltadores de caminos, los picaruelos y la propia gente del llano.
El vagabundo clavó los ojos en ellos y los siguió con la mirada como si se preguntara quiénes eran, de dónde venían, qué querían. No obstante no dejó de empujar contra la condenada mientras profería algunos gemidos por lo bajo.
No tardó en correrse dentro de ella.

Yara puso un gesto de asco. Alargó la mano un poco, como si hubiera querido por un momento agarrarse al brazo de Valiant. No obstante no lo rozó, y el chico ni siquiera se dio cuenta.
Habían llegado a las puertas de la ciudad.


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By Rouge Rogue

5 comentarios:

  1. Qué maja la Santa Inquisición XD

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    ¡Pasen y vean!
    http://elgrimoriodetiamat.blogspot.com/

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  2. ¿qué?
    Yo pongo tus banners en mi blog, pero tu no pones los mios ¬¬ Y siempre dices que no me leen porque no hago publicidad...

    No hay quien te entienda D:

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  3. em... me da miedo decir algo... -_-
    nane

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  4. jajaja

    A mi me parece DIVINE que te publicites en mi blog! Y si me enseñas a poner los banners, por supuesto que los pongo ^^

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