Este blog contiene narraciones con escenas de sexo explícito y violencia no basadas en hechos reales.
Si crees que pueden herir tu sensibilidad, por favor no continúes leyendo.
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viernes, 19 de agosto de 2011

CAPÍTULO 6: COMO ALMAS UNIDAS

Dana se permitió un gemido largo y descontrolado de placer.
Apenas suspiraba, el siguiente jadeo se le agolpaba en la garganta de pura excitación. Hacía años que no sentía aquellas cosas en la cama, pero aquél muchacho...aquél HOMBRE, la llenaba por completo, más fieramente de lo que hubiera podido siquiera soñar.
Su polla erecta, mucho más dura de lo que acostumbraba a catar, la estaba perforando con firmeza, sin decaer por un momento. Sin detenerse porque le dolieran los riñones, sin resollar de cansancio, sin derrumbarse y echarse a roncar. Ojalá aquél hombre la follara todas las noches de ahora en adelante. Ojalá...
La puerta chirrió débilmente, pero ni Dana ni Allain la escucharon. Tan extasiados estaban, entregados al sexo.
Karin tragó saliva y abrió los ojos como platos. Se apoyó en el marco de la puerta y los observó durante algunos segundos, tratando de asumir lo que estaba viendo. Con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho, abrió los labios y musitó:
-Ma....madre...
Al oír la voz de la chica, Dana se irguió deprisa. Apartó a Elric de encima y trató de cubrirse con la sábana, y encarar a su hija con algo de dignidad. El muchacho por el contrario permaneció semirecostado y no hizo ademán de esconderse.
-K-Karin. No es lo que...Te prohíbo que... ¡Por favor, no le digas nada de esto a tu padre! -Dana se puso nerviosa. La muchacha frunció el ceño al otro lado de la habitación y apartó la vista, como si sopesara la situación, y valorase qué debía hacer en consecuencia. Allain la observó largamente y acabó por suspirar. Se puso en pie y se acercó a Karin andando despacio.
Dana lo miraba sin decir nada, aunque preguntándose qué pensaba decir. Allain alzó la mano con suavidad y acarició la mejilla de la chica en un gesto casi cariñoso. Ella luchó por mostrarse impasible, pero el hombre sabía que lo que le dolía a Karin no era ver a su madre en brazos de otro, sino que ese otro fuese justamente él.
-Karin, anoche lo pasamos de vicio -dijo, casi en un susurro. Tan bajito que sólo ella podía oírlo. Caminó despacio alrededor de la joven, luciendo con naturalidad su cuerpo desnudo e imponente, y la tomó despacio por la cintura desde atrás. Dana se encogió sobre sí misma mientras observaba cómo aquél desconocido ponía las manos encima de su hija. Por un segundo el instinto maternal hizo que deseara ensartarlo con un cuchillo, pero ese afán sobreprotector estaba luchando intensamente con las ganas de volver a rodearlo entre sus brazos y abrir las piernas para él. Karin abrió la boca para quejarse, pero en su lugar soltó un suspiro débil mientras él ajustaba los dedos contra su piel.
-En este mundo hay cosas que deberías probar... -le hablaba cerca del oído. Las manos bajaron lentamente hacia el vientre de la muchacha y rozaron estratégicamente lo suficiente para que ella gimiese, tan sólo un poco. -Quién sabe si volverás a tener ocasión... quién sabe qué te deparará el futuro... -su voz era tan sugestiva. ¿Por qué perdía los estribos de aquél modo? Odiaba a ese hombre, la había utilizado. Lo peor era que estaba deseando que se repitiera. -Te has criado sola en esta granja, con tus padres... No te gustaría para nada llevar esa clase de vida que ellos escogieron, lo sé. No te gustaría acabar casada con un gordo seboso y repugnante que ni siquiera puede verse la polla debajo de la barriga...- Karin sintió que el pecho se le revolvía. El corazón iba tan deprisa, ¿cómo podía él saber tantas cosas de ella? Se giró despacio para mirarlo a los ojos; su respiración estaba agitada, y en su mirada había una súplica.
Allain no dijo más y la besó en los labios.
Algo en el interior de Dana se puso del revés. Él estaba recorriendo a su hija con las manos y ella no podía, no podía, hacer nada. Debería haberlo hecho, ¿por qué demonios no reaccionaba? El vestido de la chica cayó al suelo, y Allain la tomó en brazos. La trajo a la cama y la depositó con suavidad en el colchón, acomodando las rodillas en el borde. Escupió en su propia mano y humedeció con la saliva el sexo de Karin. Luego empujó contra ella y comenzó a follarla despacio.
Dana sintió que le daba vueltas la cabeza.
Karin gimió, gimió muy alto, y rodeó con sus delgadas piernas las caderas del mercenario, en un intento de traerlo a lo más profundo de sí. Allain estaba apoyado sobre sus brazos estirados, y cada embestida resultaba portentosa. Cuando miró a Dana a los ojos, ella los tenía anegados de lágrimas. El muchacho le sostuvo la mirada mientras empujaba con más fuerza contra la chica que tenía debajo. Luego abandonó el cuerpo de Karin para acercarse a su madre.
Se arrodilló en la cama y tomó con una de sus manos el rostro de Dana para besarla en los labios, mientras con la otra rodeaba su cintura. La apretó contra él, se hizo eco del tacto de sus enormes pechos, aplastados contra su piel caliente. Dana tan sólo necesitaba que le recordaran que aún era hermosa. Tan hermosa como antes.
-Me vuelves loco- le dijo, bajito, antes de hundir la lengua en su boca. Luego le dio la vuelta sin esfuerzo y la penetró desde atrás. Dana gimió, dos o tres veces, desprendiéndose de los restos de su moralidad, y se olvidó de que aquél hombre era un desconocido. Que aquella chica era su hija. Que ella tenía un marido que podía volver de un momento a otro.
Tan sólo era una puta, una puta en la cama. Y él era su dueño y señor.
Allain se había abandonado de nuevo a la mujer, al fin estaba dentro de ella. Era tan excitante, estaba tan caliente. Se sentía distinto cuando follaba a la una y a la otra. Las manos de Karin le recorrían el torso. Él no había notado que la chica se había situado detrás suya, y le acariciaba la espalda y el pecho con ganas. Gemía por lo bajo muriéndose de excitación y le chupaba los hombros. Cuando él la miró, la chica ya se había puesto a cuatro patas junto a su madre para que la jodiera, así que cambió de agujero y volvió a centrarse en Karin.
La agarró con fuerza por las caderas poco formadas y le dió tan profundo que estaba convencido de que a una principiante como ella debía resultarle doloroso. Sin embargo, la muchacha gemía altamente complacida, de un modo tan sensual que Elric resopló, sintiéndose a punto de correrse. Fue Dana la que se arrodilló entonces a su lado, y buscó el cuello del hombre con su lengua para recorrerlo por entero. Le lamió la mandíbula, los labios, la cara. Allain cerró los ojos y alzó el rostro al techo. Frunció el ceño y apretó los dientes, pero con todo ello no pudo retener sus propios jadeos.
Se corrió.
Se corrió salvajemente, llenando por entero a Karin de leche mientras ella se introducía un par de dedos y acababa por correrse también. El espectáculo de gemidos fue tal, que Dana sintió que se deshacía de deseo; pero en la habitación se hizo el silencio. Tan sólo la respiración agitada de los amantes dejaba notar que allí hubiese nadie, y Allain se tomó un par de minutos en quietud, con los ojos cerrados y el rostro altivo.
Para cuando volvió a abrirlos, miró directamente a Dana.
Ahora tocaba complacerla a ella.

-Si tu padre se entera de que ya no eres virgen, creo que puedes imaginarte las consecuencias.- Allain abrió la verja de madera para salir al camino. Karin lo miró con el semblante serio, y asintió. -El matrimonio es como una inversión, ¿sabes? Gastas en algo que crees que te va a ser útil...como cuando vas a comprar zapatos. Y nadie quiere comprar zapatos usados, ¿me entiendes?
Dana posó con delicadeza las manos sobre los hombros de su hija, respaldándola, pero con los ojos fijos en el muchacho.
-Si queréis un consejo; no se lo contéis a nadie. Que quede entre vosotras. -Dijo. Cerró la verja tras de sí y les guiñó un ojo a ambas. Luego se llevó las manos a los bolsillos y echó a andar por el sendero de tierra. Dejó la granja atrás en pocos minutos, pero aún sentía las miradas de las dos mujeres sobre él. Bueno, ahora estarían mucho más unidas que antes, pensó.

Aunque fuera por un horrible y vergonzoso secreto.


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By Rouge Rogue

1 comentario:

  1. La que se marea cada vez que lee un capitulo soy yo !!!! Que tio mas cerdo!!! un trio con madre e hija? O_O
    Nana

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